Turismo Interior: HABEMUS LUGAR CALMO?












Aprender a CREAR o MANTENER un estado de SERENIDAD "pase lo que pase"  es hoy en día de máxima importancia.

Esta afirmación no se basa en una moda ZEN, ni en una propuesta meramente ESCAPISTA. Se basa en saber cómo funcionan nuestros mecanismos protectores neurofisiológicos.

Tanto en la vida cotidiana, como dentro de un proceso psicoterapéutico, comprobamos día a día con los pacientes los beneficios que nos aporta la creación y activación de un LUGAR CALMO interior. Esto se realiza con técnicas específicas bastante sencillas que permiten "activar" en nuestro cerebro un "archivo" que queda a nuestra disposición para poder experimentar momentos de serenidad en el medio del fragor de la vida, y/o en medio del atravesamiento de situaciones críticas de tensión, estrés o angustia, (presentes, pasadas o futuras, imaginadas o reales) sobre  las que estemos trabajando focalizadamente.

Instalar un LUGAR CALMO es como "bajar un programa" para tenerlo en el "escritorio" de nuestro ordenador interior, en el momento en que sea necesario.

Activar ese programa es disponer de un recurso que nos provee de alivio, que nos ayuda a recargar la energía vital, y a regularla, a experimentar descanso físico, mental y emocional, aún "en medio de la tormenta".

Cuando nuestro cerebro (que es el hard-ware de nuestro psiquismo) dispone del recurso-del-lugar-calmo-interior, emerge la posibilidad de hacer un "PING-PONG VIRTUOSO"  entre las "experiencias de tormenta" (de la vida cotidiana, o de los contenidos traumáticos, estresantes o dolorosos que necesitas aliviar o transformar), y las "experiencias de calma  interiores".

Nuestros hemisferios cerebrales dialogan mejor.

La angustia y el estrés disminuyen.

El trabajo psíquico se facilita y abrevia.

Nuestra creatividad se desbloquea.

Imaginá la DIFERENCIA entre hacer un viaje CON O SIN un mapa que indique estaciones de servicio y hosterias. Durante una tormenta meteorológica, o cuando el viaje se nos empieza a hacer largo, buscamos un refugio. Con más razón necesitamos algo parecido cuando atravezamos tormentas vitales, de esas que nos "alteran" mental y emocionalmente.